Reseña Inés Garland

Sumergirse en palabras

La arquitectura del océano- Inés Garland

Editorial alfaguara, año 2014

Debo comenzar admitiendo que nunca fui una gran lectora. Leo cada tanto; cuando tengo tiempo libre; un poco lento y desconcentrandome fácilmente cuando los textos me traen alguna dificultad. Dicho esto, “La arquitectura del océano” fue uno de los libros de cuentos que atrajo muy activamente mi atención y concentración, que ya de por sí es un logro. Tengo la suerte de reseñar un libro que me gustó, que es del estilo que más me llama la atención generalmente. Se trata de un estilo introspectivo, reflexivo y poético. Es ligero, fácil de leer y atrapante desde el comienzo.

Iniciaré por el principio, haciendo mención al título, “La arquitectura del océano”. Este nos hace pensar en el océano como un lugar enorme, inmenso; y trae consigo una pregunta tal vez; que tiene que ver con cómo es que se construye esa inmensidad, cómo es su arquitectura. El título nos habla de la arquitectura del infinito océano, que podría pensarse como el océano salado, que está entre los continentes; pero que también podría interpretarse como un océano interior, como la inmensidad que cargamos dentro nuestra; un mundo de sensaciones, emociones, pensamientos; que nos es tan propio y tan desconocido al mismo tiempo. Se trata de un océano lleno de distintas corrientes y olas que van atravesando a los personajes. Corrientes que a veces ven venir y otras veces no, y sin darse cuenta terminan metidos en un remolino desconocido y simplemente se dejan ahogar por la fuerza de sus propias aguas.

Garland nos invita a la cabeza de sus personajes para transitar con ellos momentos importantes, colmados de develaciones, de búsquedas interiores; momentos en los que algo de su arquitectura, de su estructura interna se rompe, y se chocan con mareas nuevas, desconocidas, aterradoras. 

Las revelaciones se encuentran en los momentos más aleatorios de la vida, en los momentos menos esperados, como por ejemplo en unas vacaciones familiares. Pero luego, esos sucesos pasan al recuerdo con una contundencia indeleble.  

Por otra parte, es interesante pensar las vacaciones, los viajes, como ocasiones en las que los personajes salen de la cotidianeidad, de lo conocido, de lo cómodo. En los viajes los personajes realizan otras actividades, tienen otro tipos de convivencias y cumplen roles distintos a los que cumplen comúnmente. Están parados en otro lugar, ven las cosas desde otra perspectiva y se chocan con escenas distintas a las de siempre; y es recien ahi, al salir de su zona de confort, al viajar hacia otro lugar; cuando se encuentran con situaciones que los marcan, que les generan una pregunta interior. Se encuentran con una parte suya que les era ajena y se ven interpelados por su propia alteridad.

Algunos de los temas abordados a lo largo de los cuentos son  las relaciones de padres e  hijos, las expectativas del otro que pesan sobre cada uno, el deseo, la infidelidad (tanto hacia un otro como hacia uno mismo), la negación de los sentimientos propios, el vacío, las distintas formas de amor, el crecimiento y la nostalgia.

La mayoría de los cuentos están escritos en presente, lo que da una constante sensación de cercanía; estamos atravesando los momentos importantes de los personajes con ellos. Los lectores nos convertimos en los personajes, siguiendo sus pensamientos, sus dudas, sus insatisfacciones, sus preguntas internas.

Invito a quienes leen esta reseña a recorrer este libro, a sumergirse en los océanos internos de los personajes, y por qué no; a permitirse sumergir en sus propios océanos; nadarlos, investigarlos, interrogarlos;  y dejarse llevar por las mareas desconocidas que se encuentren en el camino.