Tres cuentos de Hemingway
Lo que esconden los relatos
“Los
asesinos” es un cuento
cuya historia superficial trata sobre dos hombres, Al y Max, que un día,
a las cinco y veinte de la tarde, van a un bar y de una forma un poco agresiva
piden comida. Luego Al encierra y ata en la cocina a Nick Adams, que anteriormente
estaba en el mostrador, y a Sam, el cocinero. Por su parte, Max se queda en el
mostrador con George, el mozo. Max les comenta que se encuentran alli porque
quieren matar a un sueco llamado Ole Anderson, dice que lo hacen como favor
para un amigo suyo. Los asesinos esperaban que Ole llegara a las seis en punto,
ya que sabían que este cenaba en aquel bar a dicha hora todos los días. Pero
pasadas las siete Ole no llega, por lo que estos deciden irse.
Rápidamente George desata a los prisioneros
que se encuentran en la cocina. Por su parte, Nick, impactado, decide ir a ver
a Ole a su casa, tras una sugerencia de George, para notificarle que lo quieren
matar. En la casa del sueco, este mismo le dice que no hay nada que pueda hacer
al respecto, por lo que se dejaría asesinar.
Finalmente, Nick decide irse del pueblo,
pues no soporta “pensar que Ole espera en su cuarto y sabe lo que le pasará. Es
realmente horrible.”
Por su parte el trasfondo, la historia
profunda de este relato, tiene que ver con lo que le pasa a Nick Adams a partir
de lo que vivencia aquella tarde. En primer lugar, su nombre no es casual; Nick
Adams es un personaje ficticio de Hemingway que utiliza como alter ego en
varios de sus cuentos. Este hecho ya marca al lector cierta cercanía hacia
Nick, y sugiere que este sea analizado
con mayor detalle. Nick deja de ser uno más, para pasar a ser el más relevante porque,
aunque no aparesca tanto en la historia superficial, es el más importante en la
historia profunda.
La clave está en el final. Mientras que
George y Sam apenas se alteran por el suceso en el bar, a Nick lo marca
profundamente. Este último no aguanta que Ole actúe con tanta indiferencia, por
decirlo de alguna forma, ante la certidumbre de su muerte. Nick tiene toda la
vida por delante y probablemente vivenciar esa situación le genera un impacto,
como si tuviera una suerte de revelación. Un montón de preguntas implicitas
podrían subyacer de la mente de Adams a partir de este episodio. O mas bien,
son preguntas que se le generan al lector, al sentir cierta identificación con
este personaje. Por lo menos, en mi caso particular, así sucedió. Las
indagaciones que a mí se me plantean tienen que ver con la muerte y la vida, con
qué significan estas, qué peso tiene la muerte en cada uno y cómo cada cual la
afronta de distintas formas, en por qué alguien querría morirse sin siquiera
luchar por la vida, entre otras.
El final me pareció un poco desconcertante,
y creo que a eso apunta Hemingway. A medida que avanza el relato, se va
generando una creciente tensión. El lector espera que llegue Ole y lo maten, o
que alguno le pueda avisar a Ole y este se escape, o que se defienda, o
montones de alternativas más. Pero entre todas esas posibilidades, nunca
aparece en la mente del lector la que sucede en el cuento de que Ole se entera
y decide no hacer nada, rendirse.
Por otro lado, en “Un lugar limpio y bien iluminado”, la
historia superficial trata de un café a la madrugada en el cual hay un único
cliente sentado en una mesa en la parte de afuera. Debido al horario tardío, el
café cerraría pronto; por lo que los demás comensales se retiraron más
temprano, hasta que quedó solo él. Se trata de un anciano que es sordo y muy
adinerado, según comentan los dos mozos que allí se encuentran. Estos dos
conversan de esto y el mozo más grande le comenta al otro que el anciano había
intentado suicidarse la semana anterior.
El mozo joven lo atiende
y el anciano pide bebidas alcohólicas. Luego, el primero protesta reiteradas
veces. Le dice al otro mozo que quiere irse a su casa a dormir con su esposa.
En cambio el mozo mayor dice que le gusta quedarse en el lugar hasta tarde por
si alguien necesita un café por la noche. Entiende que el anciano quiera quedarse en aquel café y no en otro ya que aquel es un lugar limpio y
bien iluminado.
Finalmente el mozo
joven hecha al viejo que estaba solo, y ambos mozos cierran el lugar y se retiran.
Luego el mozo mayor va a una cantina y se pide “una copita”, la toma y se
marcha a su casa a dormir ya con la luz del día.
La historia profunda
en este caso tiene que ver con lo que le sucede al mozo mayor, con sus
pensamientos. A lo largo del relato, se va trazando un contraste entre el todo
y la nada, entre tener y no tener.
Al comienzo, el mozo
mayor le cuenta al otro que el anciano intentó
suicidarse porque estaba desesperado y el joven le pregunta por qué estaba desesperado
y el otro le contesta que por nada, pues el anciano tenía mucho dinero. En
primer lugar este diálogo me hace reflexionar sobre la idea del dinero como un
todo, sobre la creencia de que el dinero es sinónimo a la felicidad, a sentirse
completo, a sentirse realizado. Pero a la vez se entiende que si el anciano
deseaba suicidarse es porque probablemente no lo tuviera todo, seguro en alguna
parte de su interior, en algún aspecto, sentiría
“la nada” que lo impulsó a intentar arrebatarse la vida.
Más adelante, el mismo
camarero de mayor edad le dice al otro que tenía todo, que tenia juventud,
confianza y trabajo, y que en cambio él mismo lo único que tenia era trabajo.
Nuevamente se trata la idea de tenerlo “todo”, en contraste con no tener nada.
Otro momento clave es
cuando salen del café y se muestran, por primera y única vez, las reflexiones
que se le pasan por la cabeza al camarero más grande. El pensamiento que se
muestra tiene mucha relevancia ya que es el único que aparece, debido a que el
resto del cuento está casi enteramente conformado por diálogos. En esta parte
que se ve su pensamiento, se dan a conocer las ideas que él tiene sobre la
“nada”. “¿Que temía? No era temor, no era miedo. Era una nada que conocía
demasiado bien.”
Además esta idea de la
nada la puedo hallar representada de forma simbólica en distintas cosas. Una de
ellas es la sordez del viejo. Esta tiene que ver con la ausencia del sonido,
con que no escucha nada. Por otra parte, en ningún momento de la historia son
mencionados los nombres de los personajes, como si su identidad fuera
indiferente, como si ellos mismos no fueran nada.
Si tuviera que hacer
mi propia interpretación sobre “la nada”
que se trata en el relato, la tomaría en parte como representación de la
muerte. Cuando morimos ya no hay nada, no queda nada, no importa todo lo que
pudimos tener en vida, pues ya no somos nada. Pero a la vez la interpreto como
la nada en la misma vida. En este sentido sería la insuficiencia de no poder
ser feliz con lo que se tiene, el
sentimiento de que falta algo, de que se está incompleto, de que uno no tiene
nada. Por último, lo interpreto como que una persona no es nada en el mundo,
cada uno es un punto insignificante en el inmenso planeta. Puede ser aterrador
pensar en que uno no es nadie, en que uno quedará en el olvido.
Cuando el camarero
mayor piensa tanto en aquel café como un lugar limpio y bien iluminado,
interpreto a la luz como la ausencia de la oscuridad, de la nada, de donde
están todos los miedos. A su vez lo limpio se presenta en contraposición a lo
sucio que contamina la mente de pensamientos de miedo, de angustia, por pensar
en todas las ideas de “la nada” anteriormente expuestas.
Por lo tanto este
camarero halla en este café un refugio a sus miedos, un lugar con una buena luz
y limpio, donde sus pesadillas no lo persiguen, donde puede estar a salvo.
Finalmente el camarero
se va a dormir cuando ya es de día y hay luz. La oscuridad desapareció y
consigo sus miedos, por lo que ya puede dormir tranquilo.
Cambiando de tema, encuentro
una relación de este cuento con “Los asesinos” en el punto en que “Un lugar
limpio y bien iluminado” trata el tema de “la nada”, de los miedos, del miedo a
la muerte, mientras que en el primer cuento también se sugieren esas mismas temáticas
como parte de la historia profunda. “Los asesinos” tiene que ver con que Nick
se cruza con la idea de la muerte, le da miedo, le genera un imapcto y se
marcha del pueblo. Éste no puede soportar que Ole no haga nada, no puede
soportar esa nada; al igual que el mozo mayor del segundo cuento que le teme a
la nada. Por esta razón me arriesgo a decir que si el mozo mayor tuviera
nombre, sería Nick Adams.
Por último, no quiero
dejar de visibilizar la forma en que están escritos ambos cuentos. Los dos están
escritos en tercera persona y contienen en su mayoría diálogos. Solo hay
pequeñas partes que no son diálogo y únicamente describen la escena, la
situación y las acciones concretas que realizan los personajes. Esto hace que
el lector no sepa mucho sobre los personajes, más que lo que estos dicen o
hacen, pero no puede enterarse lo que estos piensan o sienten. Solo hay un párrafo en el último cuento en el
que se describe lo que uno de los personajes piensa, como expliqué
anteriormente.
El último cuento, “El rio de los
dos corazones”, es el que menos me atrajo. Se trata de un relato bastante
extenso que está escrito de una forma sumamente descriptiva. Tanta descripción
con tanto detalle me agobió y distendió mucho mi atención. Pero si bien a mi no
me cautivó mucho el cuento, comprendo que la lectura de éste es crucial para
entender las formas de la literatura moderna. Como bien explica Piglia en su “Tesis
sobre el cuento”, en el cuento moderno lo más importante nunca se cuenta. Por
eso es que este relato oculta, en sus excesivas descripciones, un segundo
relato que nunca sale a la luz; Hemingway trabaja la tensión entre las dos
historias sin resolverla nunca.
Por su parte, la historia superficial es sobre un hombre, nuevamente
llamado Nick Adams, que se baja de un tren y con su mochila a la espalda
cargada de ropa y provisiones, camina por el bosque. Cuando abandona el tren,
deja atrás un pueblo quemado que se encuentra lejos. En el medio de la naturaleza
camina todo el día guiándose por un río que avanza paralelamente a sus pasos.
Cuando empieza a oscurecer, Nick se arma una carpa y se instala en un lugar que
halla cómodo. Se prepara la comida y
luego se va a dormir. La segunda parte transcurre al día siguiente. En esta se
muestra lo que Nick hace durante el día en el lugar que ya se instaló. Nick va
a pescar truchas y se describe detalladamente esta expedición.
Con respecto a la segunda
historia, me costó hallarla. Creo que Hemingway apunta a dejarla bien oculta
para que el lector sea participe de esta al hacer su propia interpretación. La historia oculta queda muy indefinida e
imprecisa y por lo tanto posee muchas interpretaciones posibles. Lo primero que
a mí se me vino a la mente fue en el contraste que queda marcado entre el
pueblo incendiado y la naturaleza. El pueblo se refiere a la vida en
civilización, a la humanidad. El hecho de que éste esté incendiado me hace
pensar en la beta autodestructiva de la humanidad que se hace bien visible en
las guerras o bombardeos que dejan a ciudades enteras incendiadas, destruidas.
Entonces lo contrario a la cruel humanidad, a los asesinatos, a la muerte, a la
destrucción; aparece en la naturaleza,
como lo puro, la vida, lo simple, lo bello. En este sentido, este cuento de
Hemingway podría tratarse, una vez más, del contraste entre el todo y la nada,
la vida y la muerte, que se reflejan en la naturaleza y el pueblo incendiado.
Siguiendo esta línea, el titulo del cuento hace referencia a esta
dicotomía. El rio que acompaña el camino de Nick, siempre a su costado, conecta
al bosque, a la naturaleza, con el pueblo incendiado. Los dos corazones son
estos dos componentes de la dicotomía. Tanto el pueblo como la naturaleza
forman parte de Nick, de su recorrido, de su camino. Pero durante este relato
se muestra como Nick se sumerge en la naturaleza.
La presencia de tanta detallada descripción la interpreto como una forma
de adentrar al lector en el nuevo estilo de vida de Nick. Para mí, saber todos
los detalles de cómo hace para pescar truchas, es insignificante, porque no es
algo que me interese ni con lo que me identifique, pues soy un “bicho de
ciudad” acostumbrada a la civilización y a la vida en sociedad. Y creo que ahí está
el punto, el fin es visibilizar ese
contraste.
En fin, teniendo en cuenta estos tres relatos, si tuviera que tomar algo
prestado de Hemingway para mi propia escritura, sería la utilización de
diálogos en determinados relatos. Es decir, me gustaría escribir un cuento en
el que fuera casi todo diálogo. Por otra parte, copiaría parcialmente su forma
tan sutil de construir la segunda historia que de forma tan oculta, carga con
un montón de significado.
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