Despertares literarios: Ricardo Piglia y Stephen King
Ricardo Piglia
Ricardo Piglia en “Los libros de mi vida. Páginas de una
autobiografía futura” lleva a cabo una conversación con su supuesto abuelo, que
luego de investigar entendí que en realidad era su alter ego ficticio. El
nombre completo de Ricardo Piglia era Ricardo Emilio PIglia Renzi, por lo que
esto explica por qué eligió el nombre Emilio Renzi para identificar a su
supuesto abuelo. Por lo tanto, él charla con sí mismo, como si charlara con
su otro yo.
En el relato, Piglia escribe en series discontinuas recuerdos que almacena sobre lecturas que tuvo cuando era más chico y lo marcaron, de ahí el título “Los libros de mi vida”. Para él lo importante era la sensación que le producía la lectura de un libro, y no el contenido del libro en sí. Cuenta su vida siguiendo las escenas de las que pesistían una intensidad visual en el tiempo como una cicatriz.
En el relato, Piglia escribe en series discontinuas recuerdos que almacena sobre lecturas que tuvo cuando era más chico y lo marcaron, de ahí el título “Los libros de mi vida”. Para él lo importante era la sensación que le producía la lectura de un libro, y no el contenido del libro en sí. Cuenta su vida siguiendo las escenas de las que pesistían una intensidad visual en el tiempo como una cicatriz.
Me parece propicio destacar la recurrencia del concepto “ilusión” en el escrito.
Piglia cuanta que registraba todo en su libreta de una manera obsesiva: la gente con la que se juntaba, las películas que veía, que cosas hacia. “Nada de vida interior, solo hechos, acciones, lugares, circunstancias que repetidas creaban la ilusión de una vida”.
En otra parte dice: “imaginamos lo que pretendemos hacer y vivimos en esa ilusión… En definitiva son los cuentos que cada uno se cuenta a sí mismo para sobrevivir”.
Además me hizo acordar a la autobiografía que había leído de él, en la que en una parte que estaba hablando sobre su vida en hoteles escribe: “vivir en un hotel es el mejor modo de no caer en la ilusión de “tener” vida personal para contar salvo los rastros que dejan los otros”.
Piglia cuanta que registraba todo en su libreta de una manera obsesiva: la gente con la que se juntaba, las películas que veía, que cosas hacia. “Nada de vida interior, solo hechos, acciones, lugares, circunstancias que repetidas creaban la ilusión de una vida”.
En otra parte dice: “imaginamos lo que pretendemos hacer y vivimos en esa ilusión… En definitiva son los cuentos que cada uno se cuenta a sí mismo para sobrevivir”.
Además me hizo acordar a la autobiografía que había leído de él, en la que en una parte que estaba hablando sobre su vida en hoteles escribe: “vivir en un hotel es el mejor modo de no caer en la ilusión de “tener” vida personal para contar salvo los rastros que dejan los otros”.
Es interesante como detrás de la palabra “ilusión” se esconde
todo un trasfondo, que a la vez hace que me surjan varias preguntas. ¿Piglia no
sentía su vida como real? ¿No sentía que tenía una personalidad real? ¿Por qué
habla de la ilusión de tener una vida?
Stephen King
Stephen King en “Mientras escribo” comienza el relato mencionando
la autobiografía de la escritora Mary Karr, la cual le gustó mucho. Se compara con Mary diciendo que él no se
acuerda su infancia tan lucidamente como ella (que lo da a mostrar en su
autobiografía). Por lo tanto Stephen cuenta solo algunos recuerdos inconexos de
cuando era chico, los cuales lo fueron llevando a ser escritor. “No es ninguna
autobiografía. Se parece más a un currículum cuyo objetivo es explicar la
formación de un escritor.”
Además aclara que “No vale la pena esforzarse para leer entre líneas, ni buscar el hilo conductor, porque no hay ninguno. Solo son instantáneas, casi todas desenfocadas”.
En su mayoría, los recuerdos sobre los que habla Stephen no son felices, sino mas bien son sobre temas tristes, o más relacionados con el dolor o la tristeza.
Pero al final del relato se muestra un recuerdo muy feliz. Cuando era pequeño y escribió su primer cuento se lo mostró a su madre: “Ella comentó que merecía publicarse. Desde entonces no me han dicho nada que me haya hecho tan feliz”. Allí se puede ver el rol fundamental que cumplía la madre en su vida, la cual lo incentivó a escribir sus primeros cuentos.
Además aclara que “No vale la pena esforzarse para leer entre líneas, ni buscar el hilo conductor, porque no hay ninguno. Solo son instantáneas, casi todas desenfocadas”.
En su mayoría, los recuerdos sobre los que habla Stephen no son felices, sino mas bien son sobre temas tristes, o más relacionados con el dolor o la tristeza.
Pero al final del relato se muestra un recuerdo muy feliz. Cuando era pequeño y escribió su primer cuento se lo mostró a su madre: “Ella comentó que merecía publicarse. Desde entonces no me han dicho nada que me haya hecho tan feliz”. Allí se puede ver el rol fundamental que cumplía la madre en su vida, la cual lo incentivó a escribir sus primeros cuentos.
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